Esta es mi historia. 

Canelita fue vista durante semanas rondando una zona comercial, buscando entre bolsas de basura y observando desde lejos a las personas que pasaban. Aunque muchas veces la espantaron, ella nunca se volvió agresiva… solo se alejaba, como quien ha aprendido a sobrevivir sin molestar.

Una mañana lluviosa, alguien le dejó un trozo de pan. Canelita lo tomó y luego se quedó, como si hubiera entendido que por fin alguien la había notado. Ese fue el primer paso. Lo siguiente fue llevarla al refugio, donde recibió cuidados, cariño y un lazo nuevo, literal y simbólico. Al poco tiempo, Canelita mostró su verdadero carácter: juguetona, noble, y con un corazón enorme.

Hoy tiene 3 años, está esterilizada, con todas sus vacunas al día, y lista para llenar de alegría el hogar que elija. Es de tamaño mediano, muy amigable y le encanta correr y jugar. Su mirada sigue siendo dulce, pero ahora brilla con confianza. Es una compañera perfecta para quien busque amor sin condiciones.